Al ser el
carácter una composición de emociones, vivencias, conducta y talante podemos
decir que el carácter es netamente personal. Ósea que el carácter es la forma
en que una persona puede percibir y afrontar una determinada situación. Gracias
a Dios que este factor determinante en el proceso de ser emprendedores puede
ser moldeado debido a que gran parte de él proviene de parámetros y paradigmas creados al momento de nuestra educación ya sea
tanto escolar como la educación en el seno familiar.
En mi caso
personal mi carácter fue moldeado de una manera muy artesanal, ya que tuve la
gran bendición de ser criado por mis abuelos, pero esta bendición a la hora de enfrentarse
al mundo real no suele ser tan buena. Mi carácter era muy débil, muy accesible
por todo tipo de situaciones, todo me afectaba, vivía lleno de miedos
infundados, vergüenzas, y debilidad a la hora de querer exponer y reclamar mis
derechos.
Cuando salí
de mi casa a la edad de 19 años supe lo mal que la pasa un individuo con el
tipo de carácter que yo tenía. Llegué a
este país (Estados Unidos) con el propósito
de salir adelante como todos los que venimos aquí, pero también llegué con una
mano adelante y otra atrás. Los familiares que me dieron posada por un tiempo
supieron mostrarme la realidad de un inmigrante, además de pasar por muchas necesidades
y abusos también tuve que realizar muchos trabajos que no eran precisamente el
tipo de trabajo al que yo había estado acostumbrado en mi país natal. Hasta que
4 años después de mi gran llegada caí en una profesión que me permitió aprender
mucho y llegar a ser casi un experto en la materia, a lo largo de cinco años me
desempeñé como ayudante de topografía o land survey como se conoce en ingles aquí.
La insistencia de un socio capitalista
puso final al periodo de transición de ayudante a trabajador independiente, por
más de tres meses mantuvo él la idea de crear empresa, yo al mando y el
apoyando con capital, pero mi débil carácter no me dejaba abordar el mundo de oportunidades
que se deleitan cuando ingresas a las filas de ser empresario. Desde la
comodidad de mi trabajo pude armar una red de clientes antes de tomar el gran
salto de abandonar lo seguro por lo que Dios sabe qué.
Día uno
como empresario, salimos a desarrollar el pedido de nuestros clientes, para
demostrarles que nosotros éramos cumplidos e idóneos, comenzamos la jornada
laboral a altas horas de la mañana gracias a mi socio capitalista que se
encargaba de llevar y traer al ayudante y los equipos necesarios. No pudimos
terminar el trabajo a tiempo.
Día dos
como empresario, salimos nuevamente tarde, desde las 7:00 AM que necesitábamos
empezar para que nos rindiera el día, no fue hasta las 10:30 Am que cogimos
camino.
Día tres como
empresario, tarde nuevamente, ya el cliente me había llamado la atención por
dejar los trabajos incompletos y un día más creo que me haría perder mi primer
cliente. Por tercera vez consecutiva hablé con mi socio de lo malo que le hacía
al negocio sus llegadas tardías. La reacción de mi socio capitalista fue el
decirme que no le gustaba el trabajo y que los equipos eran de él.
En conclusión
al tercer día de empresario tuve que enfrentar perdida de capital, abandono de
puesto de trabajo por los trabajadores, incumplimiento de contratos, pérdida y
como si fuera poco la inversión para continuar por mi propia cuenta era mayor a
los ocho mil dólares, dinero que yo no tenía ni en mis sueños.
El panorama no era para nada alentador, mis sueños
quedaron tirados por el piso como los de cualquier fracasado, pero como dicen,
la suerte acompaña al que trabaja. Me tocó meter mis penas, miedos, rencores, insatisfacciones
en la trastienda y dedicarme a tocar puertas para lograr reunir lo más
esencial, comprar los equipos. Después
de una semana de tocar puertas pude encontrar quien me prestara el dinero sin ningún
interés, no tenía que darle ninguna porción de mis ingresos solo capital. El paso
siguiente fue nuevamente buscar los clientes, tomé la guía telefónica y uno en
uno fui llamándolos y ofreciendo mis servicios, de unos cincuenta que les hice
labor de mercadeo me aceptaron tres con grandes pedidos. El paso final fue el
buscar a mi equipo de trabajadores, gente idónea con la cual me quise rodear.
Esa vez aprendí
lo mucho que cuesta tomar una decisión, lo cerca que esta el fracaso de la
puerta, y lo difícil que es ser empresario. Esa vez descubrí mi verdadero carácter.
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