La confianza en uno mismo

Uno de los aspectos más difíciles de desarrollar en el camino a ser un emprendedor es la confianza en uno mismo. La mayoría de las personas que conozco se encasillan en la timidez a la hora de preguntarles que como se describirían, al final de la jornada no sé si están siendo sinceras con migo o solo me contestan de esta manera por el prejuicio de creer que las personas extrovertidas y comunicativas son tildadas de ser impertinentes y poco respetuosas.  Pues contando con que lo que me hayan contestado haya sido de una manera sincera tendría que confesar que yo mismo caigo dentro de  este encasillamiento aunque de una u otra manera lo sepa disimular siempre hay miedos, dudas y preguntas sin respuestas rondándome la cabeza.  La capacitación es imprescindible para moldear y adoptar una óptica distinta de nosotros mismos. Hay infinidades de videos tutoriales en YouTube que bien podrían ayudarnos a entender lo bien que nos caería un voto de confianza de nuestra parte para nosotros. En mi caso las ganas de seguir adelante porque no tenía más opción, fueron un factor preponderante para hacerme creer en mi propio talento en momento de crisis, muchas veces viene bien a la hora de tomar las decisiones esos empujoncitos dados por la vida. Son innumerables los casos como el mío donde el destino, vida, suerte, o como queramos llamarle se presentan ante nosotros como una tragedia y terminan siendo una oportunidad de oro que nos dejan ante un mundo lleno de oportunidades. Si no hubiera sido porque mi ex socio hubiese creído en mí más que yo mismo, en estos momentos de mi vida la historia fuera otra. En su momento fue una vivencia demasiada extrema cuando el negocio no pudo continuar,   muchos sentimientos encontrados, rabia por haberme dejado convencer, angustia por no conseguir el dinero para continuar, decepción, rencor y unos cuantos más. Pero como dije en el blog anterior no fue el tiempo de desarrollar ninguno de ellos porque era eso y quedarme dando golpes de pecho, u olvidar el dolor y aprender de la experiencia y seguir poniéndole la cara al viento.